Nuevo reto de Cooking the Chef, para la Historia de la gastronomía muy, muy interesante, no, lo siguiente. Y lo digo porque a mí me tocó de refilón. IGNASI DOMÉNECH, un catalán universal, que vivió la guerra civil y ante las grandes penurias de la posguerra por la falta de alimentos, su encarecimiento y las cartillas de racionamiento, escribió el libro COCINA DE RECURSOS (DESEO MI COMIDA), recetario escrito a lo largo de 1937 y 1938, pero publicado en 1941. Donde escribe recetas para esos momentos de escasez. Sin embargo, vale la pena leer más allá de las recetas y escudriñar entre líneas los motivos que le llevan a proponer cocinar flores, sustituir las patatas por lo blanco de la monda de la naranja para hacer una tortilla con ello y los huevos que valían una fortuna y no estaba al alcance de todos los bolsillos por una mezcla de harina y agua. Cocinar y realizar una ensalada con ortigas y así podríamos seguir. Viendo ésto, se entiende que todos estos productos estaban en las casas o en los campos. Eran sencillos de tener o recoger. Pero leyendo entre líneas se ve el sufrimiento del autor, cocinero entre otros sitios del Hotel Savoy, gourmet y divulgador y su encono ante esta situación de postguerra y sufrimiento que vive y que ve vivir a su alrededor. Mi receta escogida del libro es TORTILLA SIN HUEVOS DE GALLINA y luego cuando os adentréis en la lectura de esta entrada entenderéis el porqué de escoger ésta receta y no otra.
En 1937 la Guerra Civil estaba en pleno apogeo y el hambre de la población aumentaba al tiempo que los recursos eran cada vez más escasos. Arrasados los campos, destruidas todas las cosechas y los ganados, con los graneros desabastecidos y agotados, ya las reservas en las despensas de los hogares, cada vez resultaba más difícil encontrar algo presuntamente comestible, que llevar a la cazuela.
En este ambiente de escasez y miseria, sobrevivió como pudo Ignasi Domenech, como el resto de españoles. Él pasó la guerra en Barcelona y supo retratar la situación con tan solo dos frases: "El mal humor estaba de moda....aquello no era más que morir viviendo"
"Los imposibles anhelos de un cocinero, que en tiempos de guerra, ante las realidades del hambre que ya mascábamos, soñaba a todas horas con suculentos manjares"
Este libro de cocina de posguerra, recoge tanto las ideas que inspiraron la necesidad y el hambre con su fértil inventiva, como las que pudo recopilar visitando los locales de restauración, que aún existían durante los años 1937 y 1938 desde las peores tascas y fonduchas de los bajos fondos de Barcelona, hasta los más encopetados restaurantes, que a pesar de todo, los había.
Voy a hablar de mi experiencia, poniendo por delante que en casa no pasamos escasez y que cuando era niña, ya habían pasado 10 a 15 años de la guerra y todo empezaba poco a poco a repuntar. Y es que gracias a éste reto de hoy, me han venido muchísimas cosas a la memoria de esa época. Mis hermanas, con las que me llevo 8, 9 y 10 años, sí que podrían decir mucho más que yo.....
Recuerdo la carne enlatada de buey que venía de América "Corned Beef" y que a mí me parecía verdaderamente deliciosa, aunque ves a saber que contenía......
Las tortillas de harina, aquí llamadas "Truites de farinetes", aunque si podían y le ponían algún huevo, el resto lo alargaban con harina y agua ( un buen invento, que a lo mejor tendremos que pensar en volver la vista a estos ingenios, ante el aumento tan desmesurado del precio de los alimentos que estamos teniendo). Esta tortilla la tengo en el blog, en una receta de bacalao típica de Pascua, que seguimos haciendo y que aquí le llamamos Plat de Sants . Por eso he escogido la receta, por la similitud.
También pienso en los arenques o arencones en salmuera, aquí les llamamos "civils" o "arengades", que se conservaban mucho tiempo y que previamente bien desaladas, con unas patatas hervidas tenían una comida bien reconfortante. Si además le podían poner un pimientito verde picante, aquello ya era subir a los altares!!!!
Mi abuela siempre hacía Patatas viudas, que no era más que patatas chascadas con lo que hubiese por la despensa en aquel momento: cebolla, tocino blanco o si lo hubiese, entreverado, chorizo si había suerte, almendras....lo que fuese. Sobre todo con un sofrito de cebolla y un majado de ajo y almendras..... que gracias al almidón que iban soltando las patatas al cocer con el agua, le daba muchísima sustancia. Las recuerdo deliciosas.
Yendo por esos derroteros no puedo dejar de pensar en las tiendas de comestibles o ultramarinos, que lamentablemente hoy día ya ni existen. Un colmado donde encontrabas desde unas alpargatas, a una aspirina, patatas, legumbres y verduras, licores o vino de una bota, comida enlatada y delante de todo una caja redonda de madera delgadita, con los arenques en salmuera muy bien puestas.
Y algo, que por higiene hoy es impensable, pero que a mi me encantaba: Las vaquerías. El consumo de leche fresca cobró tanto auge en España ya desde antes de la guerra que numerosas vaquerías ocuparon hasta el propio centro de ciudades como Madrid y Barcelona. Además, los mugidos de las vacas no sólo se esparcieron por el casco de las grandes urbes, sino que se erigieron en protagonistas de las calles de los pueblos del extrarradio. Recuerdo el olor a vaca cuando pasabas por delante de la vaquería e ir a comprar con la lechera de aluminio, una leche que se tenía que hervir varias veces para poderla tomar. Aunque pocas vacas y poca leche debía haber en la posguerra.......
Hay una dibujo de Santiago Rusiñol que representa perfectamente como era una vaquería en la ciudad. Lo podéis ver en este enlace .
El Servicio Social, que era obligatorio a todas las jovencitas de 17 a 35 años máximo, desde 1934 a 1977. La mili de las mujeres! Me lo pasé rellenando cédulas de habitabilidad a miles !!!!!!
Me vienen tantos recuerdos a la memoria que podría escribir y escribir........ pero tengo que decir basta de una vez. Cómo bulle mi cabeza con estos recuerdos de vivencias y comidas que para mí siempre han sido deliciosos y que solo ahora, con el reto, me han hecho pensar en sus orígenes. Podría ir más lejos, pero le tengo que poner un freno, pues si no, nunca escribiré la receta!!!!
TORTILLA SIN HUEVOS DE GALLINA
Transcribo la receta tal cual la escribe Ignasi Doménech:
En Barcelona y provincias españolas, durante los años 1937-1938, la inmensa mayoría de los ciudadanos no podíamos gastarnos 40 o 50 duros para adquirir una docena de huevos y tuvimos que prescindir a toda prisa de tan preciado material que nos proporcionan las simpáticas gallinas, salvo en los casos que lo necesitaran los enfermos.
Composición de la tortilla:
Componentes para 4 personas:
Dispondremos de un barreñito, el fondo lo frotaremos bien con un ajo crudo, es decir, que el fondo de éste recipiente quede bien perfumado de ajo.
1 cucharada sopera de perejil y 1 cucharada sopera de hojas verdes de apio (nada de tronco) sumamente trinchada.
Una pizquita, casi nada de azafrán en polvo o a falta de éste un cuarto de cucharada, de las de café, de pimentón encarnado (es lo que yo he puesto)
una cucharada , de las de café , de bicarbonato puro
6 cucharadas soperas de harina algo más que menos
La sal, la suficiente, según la cantidad de líquido que le echaremos ahora, que serán diez o doce cucharadas soperas de agua fría
4 o 6 gotas de aceite
En este punto, ya tenemos todos los ingredientes reunidos, se baten bien hasta que no haya grumo alguno. Déjese reposar esta composición líquida (ha de quedar como una papilla más bien líquida) durante unos quince minutos a fin de que todos estos delicados elementos aromáticos formen un sabor mucho más agradable que el huevo mismo.
Momentos antes de hacer la tortilla, se batirá un poco la pasta, a fin de unificar de nuevo sus componentes.
Poner un poco de aceite en una sartén y ármese la tortilla en ella.
Desde luego, después de haber dado un buen cumplimiento a los comensales, estúdiese y compárese el gusto y el gasto de una y otra clase de tortilla.
Aportación mía: Armar una tortilla como Dios manda no es lo mío y a la vista está en las fotos. Lo siento y esto que he repetido la tortilla y las fotografías dos veces. Pero dejando eso aparte, decir que la tortilla era una delícia, tenía múltiples sabores y aunque no tuviese nada que ver con una tortilla de huevos de gallina, no desmerece lo más mínimo el resultado final.
Fuente: Cocina de recursos (deseo mi comida) Ignasi Doménech
ÍNDICE DE LA HISTORIA DE LA GASTRONOMÍA
RETO COOKING THE CHEF - CTC
MUSULMANA
2º- EDAD MEDIA- AL ANDALUS - desde el año 711 al 1212 (Siglos VIII-XIII)
3º- EDAD MEDIA- COCINA SEFARDÍ- SEFARAD- del siglo V al XIV
4º- COCINA MEDIEVAL CATALANA- SIGLO XIV- "LLIBRE DE SANT SOVI" 1324
5º- COCINA MEDIEVAL ITALIANA- SIGLO XIV- "LIBER DE COQUINIA" 1365
6º- GASTRONOMÍA DEL RENACIMIENTO Y BARROCO ESPAÑOL -
SIGLO DE ORO ESPAÑOL-DE 1492 A 1659 (SIGLO XVI-XVII) FRANCISCO MARTINEZ MONTIÑO "ARTE DE COCINA, VIZCOCHERIA Y CONSERVERIA"-1611
7º- SIGLO DE ORO ESPAÑOL- XVIII- JUAN ALTAMIRAS "NUEVO ARTE DE COCINA"-1758
8º- SIGLO DE ORO FRANCÉS- XVII- FRANCOIS VATEL(1631-1671)
9º- GASTRONOMÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XVIII - JUAN DE LA MATA "ARTE DE LA REPOSTERÍA"(1747)
10º- GASTRONOMÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XVIII- ROSA MARÍA CALVIÑO "LIBRO DE APUNTACIONES GUISOS Y DULCES"1740
11º- GASTRONOMÍA FRANCESA DEL SIGLO XIX- JULES GOUFRÉ "LE LIVRE DE CUISINE"1867
12º- GASTRONOMÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XIX- ANGEL MURO "EL PRACTICÓN"1894
13º- GASTRONOMÍA ITALIANA SIGLO XIX- PELLEGRINO ARTUSI"LA SCIENZA IN CUCINA E L'ARTE DI MANGIAR BENE"1891
14º- GASTRONOMÍA FRANCESA SIGLO XIX- MARIE ANTONIE CAREME "L'ART DE LA CUISINE FRANÇAISE" 1833
15º- GASTRONOMÍA ESPAÑOLA FINALES DEL SIGLO XIX- HERMANAS AZCARAY Y EL AMPARO
16º- GASTRONOMÍA FRANCESA DEL SIGLO XX- AUGUSTE ESCOFFIER " LA GUÍA CULINARIA" 1902
17º- GASTRONOMÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX- MARÍA MESTAYER DE ECHAGÜE- MARQUESA DE PARABERE "ENCICLOPEDIA CULINARIA-CONFITERÍA Y REPOSTERÍA" 1930
18º- GASTRONOMÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX - JOSEP RONDISSONI "CULINARIA" 1945
19º- GASTRONOMÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX- IGNASI DOMENECH "COCINA DE RECURSOS (DESEO MI COMIDA)1941
Manu, me ha encantado tu entrada de hoy, me has traído muchos recuerdos, más de anécdotas que no se cansaban de explicar en mi casa que de lo que yo viviese, me quedo con esta receta pues es de lo más curiosa, la querré probar y además como tu dices con la que se nos viene encima, quien sabe... Un beso grande
ResponderEliminarManu, mi bisabuela tenía un colmado en un pequeño pueblo de la provincia de Albacete llamado Peñascosa y gracias a él, no pasaron hambre aunque sí escasez de alimentos. Contaba mi abuela, que su madre se freía un huevo y sólo se comía la mitad. La otra la dejaba para el día siguiente. Una época tristísima pero las enseñanzas de Doménech para no desperdiciar deberían de ser el libro de cabecera de todos. Yo también me he decidido por un trampantojo culinario. Besos.
ResponderEliminarCom ens transportes amb les teves paraules a uns quants anys enrere Manu.
ResponderEliminarEsperem no haver de cuinar mai més d'aquesta manera, malgrat que les receptes de l'Ignasi Domènech fan que amb poques coses puguessis gaudir d'un àpat prou digne.
PTNTS
Glòria
Manu es que esta forma de hacer la tortilla, se parece más a una crepe gordita, lo digo por la que elegí yo, la tortilla de guerra. La verdad es que cuesta bastante que mantenga la compostura. Me acuerdo perfectamente de los colmados, de los arenques en la caja, las legumbres a granel, los botes de tomate..las vaquerías en mi barrio no llegaban a eso, simplemente era una vecina que tenía vacas y de vez en cuando nos llenaba alguna lechera...
ResponderEliminarpetonets!
Me ha encantado leer toda la intra-historia que has contado con la receta.. En mi casa se siguen haciendo las patatas viudas como las cocinaba mi abuela, tal cual tú has dicho pero siempre con huevos duros. También recuerdo el olor a leche de la vaquería que tenía en Madrid la madre de una amiguita mia del cole, pero sobre todo la vaquería con las vacas estabuladas que había en Cercedilla, pueblo al que estuve yendo los veranos hasta que cumplí los ocho años.
ResponderEliminarProbaré esta tortilla sin huevos de gallina.
Bss
Elena
Una entrada preciosa, que tiene la misma pátina melancólica y algo triste de tu fotografía. Me han encantado todos estos datos como la vaquería, y el Servicio Social aunque no tenga que ver estrictamente con el tema gastronómico. A todos nos ha tocado este mes el tema, más qeu nada porque sabemos que hay gente sufriendo condiciones parecidas. Gracias por acercarnos tu realidad y tu visión siempre optimista pero real.
ResponderEliminarEstupenda entrada, que nos regalas, ya que esta llena de recuerdos... Tu receta una de las mas características del momento. Una gran aportación Manu. Bs.
ResponderEliminar¡Qué recuerdos!
ResponderEliminarLa receta seguro que curiosa y resultona. Seguro que con un par de intentos más ya te salen espectaculares! Pero personalmente creo que tiene muy buena pinta. ;)